martes, 13 de septiembre de 2011

Señor Jesucristo...

Señor Jesucristo, despojado de tus vestiduras, al contemplar el misterio de tu Amor hasta el extremo, te pedimos que enciendas nuestros corazones de tu mismo amor, para que despojados de nosotros mismos podamos entregarnos a los hermanos con mayor libertad y generosidad.

Ayúdanos a mostrarnos disponibles y fortalécenos, para que podamos acercar tu rostro de amor compasivo y misericordioso a quienes, injustamente en este mundo, han sido despojados de su dignidad: a los niños y a los jóvenes, a las mujeres y a los hombres, maltratados y explotados, solos y abandonados, a los más necesitados, que por diversas causas, de las que nosotros somos parte, son excluidos de nuestra sociedad.

Tú que eres el camino, la Verdad y al Vida, condúcenos por la senda de la auténtica libertad. Que tu Espíritu de sabiduría nos conceda conocerte mejor para amarte más, reconocido y amado en los hermanos. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.

AMÉN

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